Las personas tímidas son más interesantes.

Nota escrita por la autora Silvia Oller. Grandes columnas .

https://www.lavanguardia.com/autores/silvia-oller.html

Llegas a una fiesta y te sientas en un rincón porque no conoces a nadie; hablar en público te da pavor; evitas las intrascendentales conversaciones de ascensor porque, simplemente, no sabes qué decir; detestas ser el centro de atención y te sientes muy cómodo pareciendo invisible… Estas son solo algunas de las situaciones que los tímidos pueden haber experimentado. Y aunque vivir momentos así puede resultar embarazoso y una carga desde el punto de vista personal, académico o laboral, ser tímido también tiene sus ventajas, como señalan expertos.

La profesora titular del Departamento de Psicología de la Universitat de Girona (UdG) Beatriz Caparrós explica que la cautela es uno de los atributos que se asocian a este tipo de personas que, en general, no se suelen mover por impulsos y que analizan mucho las situaciones antes de actuar. Agrega que, al ser personas que se sienten más cómodas escuchando que hablando, piensan mucho antes de expresar lo que quieren decir, de modo que sus opiniones también suelen tenerse más en cuenta.

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Las personas tímidas detestan llamar la atención y se sienten cómodas pasando desapercibidas sam thomas / Getty Images/iStockphoto

“Hacen uso de la palabra cuando están muy convencidas”, coincide la profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Mireia Cabero, que afirma que, en general, los tímidos ponen menos en riesgo las relaciones humanas. “El día que un tímido realiza una conexión emocional con otra persona, seguramente lo hace con mayor conciencia y convicción que alguien extrovertido que actúa más por impulsos y automatismos”, afirma Cabero, impulsora de un proyecto de cultura emocional pública.

Escuchan más que hablan

“Hacen uso de la palabra cuando están muy convencidas y ponen menos en riesgo las relaciones humanas”

MIREIA CABERO
Profesora Psicología UOC

El doctor en Pedagogía y profesor emérito de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra Gerardo Castillo Ceballos afirma que el tímido suele ser comedido, no es imprudente y no es entrometido. Añade que son personas que se autoconocen mejor, ya que pasan más tiempo consigo mismos. Esa actitud –según Castillo– favorece su capacidad de escucha y, por tanto, la posibilidad de tener amigos.

También destaca de este colectivo su “afán de superación” ya que suelen aceptar los consejos que se les dan para hacer más llevadero este rasgo de la personalidad. El profesor Castillo aconseja, por ejemplo, no situarse en la última fila en una charla o reunión, y no ser el último en hacer una pregunta sino el primero. “El problema del tímido es su falta de seguridad y confianza en sí mismo y en los demás”, afirma el experto, que añade que son personas que “viven demasiado pendientes” de la opinión de otras personas.

“El problema del tímido es su falta de seguridad y confianza, en sí mismo y en los demás”

Gerardo Castillo Ceballos
Profesor Educación y Psicología, Universidad de Navarra

Cabero destaca otro aspecto positivo de la timidez: el ser una “herramienta protectora”. “Nos preserva de quién somos, de qué pensamos y de visibilizarnos ante los demás”, afirma. En una sociedad cada vez más exhibicionista, donde las redes sociales tienen un gran impacto, ser tímido ayuda a no exponerse tanto, y por tanto, a recibir menos azotes en forma de comentarios por parte de los internautas.

El investigador y educador Alexander Avila enumera en el libro El don de la timidez siete características innatas que favorecen a las personas tímidas frente a los caracteres extrovertidos: sensibilidad, lealtad, capacidad de escuchar, reflexión, modestia, misterio y amabilidad.

Sensibilidad, lealtad, reflexión, modestia, escucha… son características que favorecen a los tímidos

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Las personas tímidas suelen ser más analíticas y escuchan más, lo que favorece el trabajo en equipo fizkes / Getty Images/iStockphoto

Ser tímido en la empresa

¿Y qué opinan los directores de selección de personal sobre la contratación de personas introvertidas en sus equipos? La directora de selección y headhunting de Montaner y Asociados, Susana Roselló, afirma que hay muchos cargos que no requieren extraversión.

Explica, por ejemplo, que las personas introvertidas tienden a ser más analíticas y aunque pueda parecer una paradoja, pueden favorecer el trabajo en equipo al adoptar una “escucha más activa”. “Eso hace que entiendan mejor a los demás”, afirma Roselló, que agrega que ser tímido no está reñido en liderar proyectos bien definidos.

“Ser tímido no está reñido con liderar proyectos; favorecen el trabajo en equipo”

Susana Roselló
Directora de selección y headhunting de Montaner y Asociados

La escritora norteamericana Susan Cain afirma en el libro El poder de los introvertidos en un mundo incapaz de callarse que, en una empresa, probablemente entre un tercio y la mitad de los empleados sean gente introvertida, lo parezcan o no, e insta a los jefes a “aprovechar al máximo sus capacidades”. Agrega que un trabajador puede rendir más a las órdenes de un superior introvertido que a las de uno extrovertido o carismático.

Tímidos ilustres: de Charlie Brown a Agatha Christie

Numerosos personajes públicos han confesado ser introvertidos o tímidos. Un rasgo apreciable también en personajes de ficción, como el célebre Charlie Brown, el niño protagonista de la tira cómica Snoopy . Precisamente su ‘padre’, el dibujante Charles M. Schulz, fue una persona tímida. En el libro Shrinking Violets, el historiador Joe Moran explica que Schulz pasaba vergüenza en el tren cuando iba a vender sus tiras cómicas porque la carpeta en la que guardaba sus historias era tan grande que creía que eso llamaba la atención del resto de viajeros.

La escritora de novelas policíacas Agatha Christie también fue tímida. Cuentan que al cumplirse los primeros diez años en cartel de ‘La ratonera’ se celebró una fiesta en un hotel con ella como invitada de honor, pero el conserje no la reconoció y le impidió el paso. La mayoría se hubiera presentado, pero Christie no lo hizo. El escritor Jorge Luís Borges también fue una persona extremadamente vergonzosa. Cuando se veía obligado a dar una conferencia ante un aforo notable de público centraba su vista en un solo espectador y se dirigía solamente a él.

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